sábado, 31 de octubre de 2015

NUESTROS BIENES | Los árboles: su valor ambiental y social

La importancia que le debemos a los árboles conociendo teóricamente sus diversas cualidades debe ir acompañada en hechos. Estos actos debieran apuntar a la planificación de arbolado urbano en cada ciudad de la  Argentina, además de la planificación, creación y mantenimiento estricto de reservas o comunidades de especies que por sus aptitudes tienen su lugar en el campo, para su mejor aprovechamiento y para la conservación de la biodiversidad de especies de flora y fauna en peligro de extinción.



Por Renata Hanow* | Para Hora 25 Forestal


Se expone aquí el rol de los árboles tanto en la ciudad, individualmente, como en los bosques fomando comunidades y expresando los mecanismos de protección y sus efectos en el bienestar de los demás seres vivos.

Regulación Hídrica 

El agua amortigua la lluvia: la copa de un árbol es flexible y está diseñada para atrapar la lluvia, haciendo que esta se deslice a través de las hojas, ramas y el tronco hasta llegar al suelo. De esta forma el impacto de las gotas de agua sobre el suelo superficial y la erosión del mismo se ve mitigado en consecuencia.

Regulación Térmica 

El árbol da sombra: La forma de la copa de los árboles y la disposición de ramas y hojas, capta la luz solar y al extenderse aumenta la sombra, causando bienestar en un día soleado y protegiendo la fauna, la flora inferior y al hombre y sus bienes del efecto dañino del impacto directo de los rayos solares.

Los bosques regulan el clima 

A nivel global los bosques reducen el calentamiento global de la atmósfera y regulan el clima de la tierra. En la ciudades, la pérdida de árboles eleva las temperaturas y la evaporación del suelo, de tal forma que  las temperaturas en las calles del centro de la ciudad en primavera y verano pueden ser hasta 3 °C más en promedio que en la de los parques de la misma.


Los árboles reducen la velocidad del viento 

Es común ver árboles como cortinas rompevientos, y aunque no detienen un huracán u otros vientos mayores, su presencia resta velocidad a las tormentas, disipando su fuerza y mejorando el ambiente.

Los árboles reducen la contaminación del aire 

Su copa está diseñada para que el aire pase a través de las hojas, filtrando los polvos, cenizas, humos, esporas, polen y demás impurezas que arrastra el viento. Las hojas pubescentes y la corteza rugosa en el tallo son las que atrapan estas partículas.


El árbol secuestra el dióxido de carbono que contamina la atmósfera  

A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, el árbol atrapa el CO2 de la atmósfera almacenándolo en su madera, y a su vez devuelve oxígeno puro, limpiando el aire que respiramos. Se estima que una hectárea con árboles sanos y vigorosos produce suficiente oxígeno para 40 personas. Un bosque de una hectárea consume en un año todo el CO2 que genera un automóvil en ese mismo período. En este proceso las hojas también absorben otros contaminantes del aire como el monóxido de carbono y dióxido de sulfuro y liberan oxígeno.

Los árboles reducen la contaminación sonora 

Tienen la bondad de amortiguar el impacto de las ondas sonoras, reduciendo los niveles de ruidos en las calles, parques y zonas industriales.

Los bosques generan biodiversidad 

Los bosques forman las comunidades más diversas de la tierra porque estas proliferan bajo su protección. Existen varias asociaciones entre organismos, y una de ellas es la simbiosis entre el árbol y las micorrizas. Los insectos y aves polinizadoras, son dispersores de sus frutos y semillas, al igual que otros mamíferos contribuyendo a la colonización de más ecosistemas complejos y la aparición de nuevas especies animales y vegetales generando de esta forma mayor biodiversidad.

El árbol urbano y la comunidad 


Los árboles brindan sensación de bienestar, embellecen el paisaje urbano y constituyen un valor de patrimonio para el municipio.

Los árboles revaloran la propiedad residencial 

Si lo ubicamos bien alrededor de la casa y manejándolos apropiadamente, elevan el valor de las propiedades. Los árboles plantados en hilera dan privacía, abaten el ruido externo de las vialidades y dan seguridad a la propiedad al servir de barrera.

En cuanto a los beneficios más importantes que proveen en el ambiente urbano, además del control de la contaminación y de la regulación del clima, se destacan:


Control de la erosión y estabilización de taludes 

Los árboles dependiendo de las características de sus raíces (profundidad, extensión, dimensiones, etc) cumplen un papel importante en la estabilización de taludes y la prevención de deslizamientos de terrenos a causa de los efectos del agua, tanto por el impacto vertical de la lluvia como por arrastre de la escorrentía de aguas, minimizando su erosión.

Protección de cuencas y cuerpos de agua 

La arborización urbana, en la medida que se asocia a cuerpos de agua, además de brindar un paisaje bello, protege y estabiliza las orillas, y dependiendo de su ubicación y cantidad, contribuye a la regulación del ciclo hídrico.


* La autora es Técnico Forestal y columnista exclusiva de Hora 25 Forestal

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