Cuando vayamos a plantar un árbol hay que ser responsables de su cuidado. Es por eso que preveemos que pueda ser volcado, crecer torcido, sufrir sequía, vientos, etc. Para ello existen técnicas que mejoran el crecimiento sano y equilibrado de la planta como el empleo del tutorado
Por Renata Hanow* | Para Hora 25 Forestal
Para el equipo de trabajo necesitamos, además de la planta, tutores de madera rectangulares o cilindricos con puntas, estacas de madera de por lo menos 30 a 40 cm, regadera, tenazas para cortar alambres, alambres en lo posible de acero galvanizado, masa o martillo, palas, tijera, tiras de tela vieja y recubrimientos de goma como por ejemplo cámaras viejas de bicicleta o de auto.
Si el tutor es de sauce verde o álamo, conviene pelar su corteza para que no brote y termine compitiendo con la planta principal. Si fuese de eucalipto u otra madera seca fácilmente deteriorable en el tiempo, se le pintará la parte inferior con brea o pintura asfáltica. Generalmente los tutores de eucalipto son tratados con Arseniato de Cobre Cromatado (CCA).
Los tutores deben ser lo suficientemente gruesos como para soportar el peso de la planta y ubicarse detrás del punto donde se vea el árbol, sea en un camino de acceso o una ventana.
Su altura sólo debe acompañar todo el tronco de los árboles, con copa o sin ella, y en lo posibe sobrepasarlo. El tutor se ata al extremo superior del tallo y en el medio del tronco. Se debe utilizar hilo sisal o hilo de algodón para evitar lastimar la corteza. Si se tiene alguna prenda vieja, se pueden cortar tiras de telas y reutilizarlas. Si los tensores son alambres, se los debe recubrir con goma en la sección que rodea justamente el tallo de la planta, para que no dañe la corteza, porque si eso sucediera se cortará dando lugar a enfermedades en la planta y luego nuestro trabajo no sería eficaz.
Si la zona es muy ventosa se deben colocar riendas, entonces clavamos primero tres estacas con un orificio en uno de los extremos por donde pasar las riendas y atar. Es como formar un triángulo alrededor de la planta y la distancia de estaqueado se medirá en base al criterio del operario. También pueden
ser 4 estacas si la zona es muy ventosa y variable, y fija más al árbol. Hay una alternativa más firme y son los trípodes con tutores, de una altura inferior a la mitad de la altura del tronco.
Riego de asentamiento
Después de la plantación se hará el riego de asentamiento, muy abundante, repitiéndolo hasta que quede agua en la olla. En realidad podemos hacer un reborde de tierra alrededor de la planta que sea fácilmente desintegrable en días para que al principio conserve la humedad.
Este trabajo lleva unos días de control. Debemos cuidar de no regarla mucho ni poco, lo necesario. Además es posible que la tierra descienda y la planta también, provocado por el asentamiento y se produzcan espacios vacíos. Para esto se rellena con un poco más de tierra suelta y se riega nuevamente. También es necesario recordar, que el cuello de la planta no debe quedar enterrado.
Supongamos que la planta se volcó por algún viento fuerte o por otra fuerza o bien que el tutorado fue mal realizado entonces esperamos a que el suelo se seque para descalzarla del lado hacia el que habrá que enderezarla, y luego volver a colocar la tierra y regarla como en la primera oportunidad. No se realiza cuando el suelo está mojado porque daña la estructura del mismo alrededor de la planta y también las raíces.
* La autora es Tècnico Forestal y columnista exclusiva de Hora 25 Forestal
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