SÁENZ PEÑA (Agencia) - La Asociación Comunitaria Meguesoxochi está conformada por aborígenes del pueblo Qom y es la titular de 140.000 hectáreas en el Impenetrable chaqueño, más precisamente en el llamado Interfluvio.
Esta es una de las reservas más grandes de algarrobo en monte nativo en el Chaco, madera tan preciada por las carpinterías y aserraderos del centro chaqueño. Debido a esto, y a la escasez actual de dicha madera, es que muchos “productores forestales” intentan ingresar a cortarla en el Interfluvio.
Estos se encuentran con diferentes obstáculos pero el principal se refiere al constante conflicto entre comunidades aborígenes y criollas.
Al respecto el contador Emanuel Carrocino, director de Bosques de la Provincia señaló que “cuando asumí me encontré con el peor escenario en la Megue, no había permisos otorgados pero tampoco se realizaban tareas de fiscalización y control. La madera seguía saliendo pero sin guía. Todo esto se daba por el miedo al conflicto entre aborígenes y criollos. Por ello es que nos empezamos a juntar con representantes de la Asociación, a los efectos de regularizar esta situación, trabajando en conjunto. Una vez que nos pusimos de acuerdo con la dirigencia de la asociación, empezamos a ir al campo para llegar a los pobladores rurales, que son los verdaderos dueños del recurso. Estos tenían una visión un poco diferente a la dirigencia, sobre todo referente al precio percibido por equipo de madera. Como tercera medida nos juntamos con las comunidades criollas de la zona, quienes se consideran dueños de sus campos, debido a que por varias generaciones estuvieron en esos predios, más allá que el titulo diga que le corresponde a la asociación”.
Conflicto histórico entre aborígenes y criollos
Existe un conflicto histórico, que data desde la titularización de estas tierras del impenetrable a favor de la Asociación Comunitaria Meguesoxochi.
Esto debía haber sido acompañado de una relocalización de campesinos criollos a los cuales se les debía haber dado condiciones similares en otro predios fiscales, a los efectos de que sigan llevando a cabo sus actividades, especialmente la ganadería.
Esto produjo que algunos campesinos criollos acepten la relocalización, otros la acepten inicialmente pero como las condiciones no eran las adecuadas para llevar a cabo sus actividades se hayan vuelto a sus tierras (dentro de los de la Asociación) y otros directamente no aceptaron la relocalización y se quedaron.
El director de Bosques al respecto dijo que “el conflicto se genera debido a que hay dos posiciones. Por un lado la comunidad Qom del interfluvio que considera que son sus tierras porque el título otorgado lo dice y quieren aprovechar el recurso forestal para el bien de su comunidad. Esta posición algunas veces se contrapone con la posición de criollos, que más allá del título, consideran que son sus tierras porque allí vivieron sus padres y abuelos, haciendo referencia al derecho de posesión. Digo se contrapone algunas veces porque no siempre se quiere cortar madera en tierras de la Meguesoxochi ocupada por criollos, o sea no siempre hay conflicto. Por ello, es que optamos por no dar permisos en zonas conflictivas y con ello atendemos las necesidades de aborígenes que pueden vender la madera con la correspondiente guía forestal, y de criollos, a quienes aseguramos que no aprobamos permisos en zona conflictiva.”
El funcionario también advirtió que “sé que estas medidas por ahí no son bien tomadas por ciertas instituciones y personajes, los cuales realizan sus negocios con el “conflicto”. Muchas veces son estos personajes los que generan el conflicto, para así seguir lucrando a costilla de criollos y aborígenes que solo quieren vivir mejor, realizando sus actividades, unos la ganadería y otros la forestal.”
Medidas concretas de la Dirección de Bosques
El director dijo que “como medidas concretas realizamos la aprobación de permisos de extracción de madera con asesoramiento gratuito de la Dirección de Bosques. Hay vigentes 15 permisos forestales, con un área de aprovechamiento de aproximadamente 300 hectáreas. Controles conjuntos junto a la Dirección de Fauna. No aprobación de permisos en zonas conflictivas con criollos. Auditorías a permisos antes de la aprobación, durante la ejecución, y posterior a la finalización. Que en los permisos forestales y en las guías emitidas figure el productor forestal, a quien la asociación vende la madera, a los efectos de que sea responsable solidario con ésta, ante cualquier posible infracción al régimen forestal.
Contratación de un técnico de la zona, quien aconseja al Director sobre la aprobación o no del permiso, según la pericia técnica forestal y el conocimiento de la zona. Todas estas medidas tuvieron un efecto positivo, ya que el otorgamiento de permisos, produce una disminución automática de la ilegalidad forestal.
Además se está generando una conciencia de manejo sustentable del monte nativo, ya que la misma comunidad Qom, junto a la Dirección de Bosques es la que cuida sus recursos forestales, sabiendo que son recursos escasos, y para que los mismos puedan ser aprovechados por futuras generaciones, hay que empezar a dejar de sacar la madera del bosque sin criterios de sustentabilidad, y mejorarlo a través del enriquecimiento y/o manejo de la regeneración natural del mismo”.
(diarionorte.com)
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